¿Cómo afecta el estrés a la piel?

La rutina diaria de la sociedad moderna está repleta de estrés y el ritmo de vida a veces es demasiado ajetreado y demasiado estresante. El exceso de estrés tiene un coste físico, emocional y estético, de forma que pasa factura a todos los niveles.

A continuación, te dejamos algunos sencillos consejos que hemos recopilado de los mejores expertos para sobrevivir a esa vida estresante para cuidarnos por dentro y por fuera de la mejor forma posible.

Dormir bien

Hay muchos estudios que muestran una conexión directa entre el sueño y los niveles de ansiedad y estrés. Recientemente, se publicaron los hallazgos de un estudio sobre el alcance del efecto del sueño: ¡dormir mal aumenta los niveles de estrés en aproximadamente un 30%! Y ese sueño de calidad definitivamente puede reducir los niveles de estrés y ansiedad.

Acuéstese más temprano, asegúrese de relajarse antes de acostarse con un buen libro, un programa de televisión o una rutina de cuidado de la piel.

Verse bien = sentirse bien

Esto no es un cliché, es un asunto científico. La apariencia externa está muy influenciada por el estado mental. Lo más probable es que una persona que está muy ocupada con tareas externas y que está bajo una profunda tensión interna se descuide a sí misma.

Hoy ya sabemos que además del efecto del estrés mental en todos los sistemas del cuerpo también tiene un efecto en la apariencia de la piel. Una persona estresada perderá la vitalidad de su piel, sufrirá de sensibilidad, enrojecimiento o lucirá cansada y mayor que su edad.

Afortunadamente, los cosméticos modernos han abordado el problema conocido como "picor en la piel" y gracias a la tecnología de punta y los ingredientes activos terapéuticos, se ha desarrollado la línea "Unstress" de Christina, que es nada menos que una buena noticia para las personas que experimentan "picor en la piel" como resultado de estrés externo (ambiental como clima, contaminación del aire, mala nutrición) y estrés interno (tensión, estrés, ansiedad, depresión, etc.).

Yoga/meditación

Lo que solía verse como "espiritual" hoy ya ha demostrado ser una técnica eficaz para aliviar el estrés. En la meditación, cualquiera puede entrenarse para tomar el control de sus pensamientos y reacciones ante situaciones estresantes.

El yoga también es una excelente manera de aprovechar el cuerpo, el alma y la respiración para lograr una flexibilidad mental y física que beneficie al cuerpo y la mente. Incluso las personas más ocupadas pueden practicar meditación o yoga en clases nocturnas e incluso en aplicaciones de tiempo flexible durante todo el día.

Duchas

Puede sonar como "la medicina de la abuela", pero una ducha caliente o fría hace un excelente trabajo para calmar y relajar. Una ducha de vapor caliente ayuda a relajar los músculos tensos e incluso libera la hormona natural del amor "oxitocina" (la misma que se libera en los abrazos).

No hace falta que te bañes con toda la ceremonia de las velas y la copa de vino. Definitivamente no es un jacuzzi. A veces, una ducha caliente o fría, con un chorro fuerte y bueno de agua, hace un excelente trabajo.

Incluso una ducha fría, aunque sea muy corta, puede liberar endorfinas con bastante rapidez, los analgésicos naturales del cuerpo, similares a la sensación que tenemos en la cima de un entrenamiento físico, y afectan en gran medida el estado de ánimo.

Cambio de ambiente

Lo que antes se veía como "espiritual" hoy ya está comprobado. Ni que decir tiene que en vacaciones o en libertad sin los ajetreos diarios y con un cambio total de ambiente uno se relaja más, pero todos sabemos que irse de vacaciones más de dos veces al día año no siempre es posible. Pero eso sí, es posible combinar una velada semanal con amigas/novias con las que se es agradable.

Es una oportunidad perfecta para desahogarse (quejarse ayuda, ¡de verdad!), o para reírse a carcajadas, lo que siempre alivia el estrés. Incluso una noche doble en un hotel o un desayuno fuera de casa servirá...

Abrazar

Incluso si no somos personas demasiado cercanas para dar abrazos, debemos reconocer el poder de una acción tan simple, gratuita, disponible y placentera (siempre y cuando sea deseable para nosotros).

Hace ya muchos años se realizó un experimento con cachorros de mono que mostraban una preferencia por el tacto envolvente frente a la necesidad de alimentación.

Estudios posteriores demostraron que los abrazos afectan nuestras posibilidades de contraer enfermedades por estrés (ataques cardíacos, derrames cerebrales, etc.) y moderan los niveles altos de cortisol, la hormona del estrés en el cuerpo.

Si nos abrazamos a menudo, se segrega la hormona oxitocina, que aumenta la sensación de seguridad y tranquilidad en el cuerpo

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